Se leerá en
clase el artículo Forma y Diseño de
Louis Kahn. (Ver anexo 2) y dos extractos de textos de Alberto Campo Baeza (Ver
anexo 3)
Se debatirá acerca de las definiciones de
Idea-Estrategia-Diseño y Forma y Diseño.
Se analizaran las casas dadas (ver anexo 1)
tratando de reconocer estos conceptos y se buscara una forma adecuada de
representarlo mediante Ideogramas, Maquetas Conceptuales, etc. Se hará en hojas
A4.
Palabras Claves:
Idea-Estrategia-Diseño
Forma-Diseño
Herramientas:
Calcos A4,
Hojas A4, fibrones, retazos para maquetas, etc.
Objetivo:
Abrir el debate sobre los conceptos antes
mencionados, tratando de diferenciarlos y reconocerlos, asumiendo que en muchos casos los conceptos se mezclan.
Anexo 1 – Ejemplos (traer información
gráfica y escrita)
01. Casa
Farnsworth, Ludwig Mies van der Rohe
02. Casa
Villa Savoya, Le Corbusier
03. Casa
Gaspar, Alberto Campo Baeza.
04. Casa De
Blas, Alberto Campo Baeza
05. Casa del
Desierto, Richard Neutra
06. Casa de
la Cascada, Frank Lloyd Wright.
07. Casa
Eams, Charles Eams.
08. Casa
sobre el Arroyo, Amancio Williams.
09. Casa en
Moledo, Eduardo Souto de Moura.
Anexo 2 - Texto
Louis I.
Kahn. FORMA Y DISEÑO. (1961)
Un joven
arquitecto me ha formulado esta pregunta: —Sueño con espacios maravillosos;
espacios que surgen y se desarrollan fluidamente, sin comienzo ni fin, hechos
de un material continuo, blanco y oro. ¿Por qué cuando trazo la primera línea
sobre el papel, tratando de fijar el sueño, éste resulta desmerecido?
Es una
pregunta interesante. He aprendido que una buena pregunta tiene más valor que
la más brillante de las respuestas. Esta es una pregunta que se relaciona con
lo mensurable y lo inconmensurable. La naturaleza —la naturaleza física— es
mensurable. Las emociones y la fantasía no tienen medida, no tienen lenguaje, y
los sueños de cada uno son distintos. Todo lo que se hace, no obstante, obedece
a las leyes de la naturaleza. El hombre es siempre más grande que sus obras
porque nunca puede expresar completamente sus aspiraciones. Para expresarse a
través de la música o de la arquitectura debe recurrir a medios mensurables
como la composición y el diseño. La primera línea sobre el papel es ya una
medida de lo que puede ser expresado cabalmente. La primera línea sobre el
papel es ya una limitación.
—Entonces
—preguntó el joven arquitecto—, ¿cuál es la disciplina, cuál es el ritual que
puede acercarnos a la psique? Porque es en esta aura sin materia ni lenguaje
donde siento que el hombre verdaderamente es.
—Vuelva al
Sentimiento, aléjese del Pensamiento. En el Sentimiento está la Psique. El
Pensamiento es el Sentimiento más la presencia del Orden. El Orden, hacedor de
toda existencia, no tiene Voluntad de Ser. Prefiero la palabra Orden en lugar
de Conocimiento, porque el conocimiento personal no alcanza a expresar el
pensamiento en forma abstracta. Esta Voluntad de Ser está en la Psique. Todo lo
que deseamos crear tiene su principio, exclusivamente, en el sentimiento. Esto
que es verdad para el científico, lo es igualmente para el artista.
Pero le
previne a mi interlocutor que contar sólo con el Sentimiento e ignorar el Pensamiento
significa no realizar.
Dijo el
joven arquitecto: —Vivir y no realizar es intolerable. Los sueños llevan
implícitos la voluntad de ser y el deseo de expresar esa voluntad. El
Pensamiento es inseparable del Sentimiento. ¿De qué manera puede entonces el
Pensamiento entrar a formar parte de la creación, de modo que esta voluntad
psíquica pueda ser más cabalmente expresada? Esta es mi segunda pregunta.
—Cuando el
sentir personal se trasciende en la Religión (no en una religión, sino en la
esencia de la religión) y el Pensamiento nos lleva a la Filosofía, la mente se
abre hacia la comprensión. Comprensión de la virtual voluntad de ser de,
digamos, determinados espacios arquitectónicos. La comprensión es la
combinación del Pensamiento y el Sentir en un momento en que la mente se halla
en una relación más estrecha con la psique, origen de lo que una cosa quiere
ser. Este es el comienzo de la Forma. La Forma implica una armonía de sistemas, un sentido del Orden y
de lo que individualiza una existencia. La forma no tiene figura ni
dimensión. Por ejemplo,
"cuchara" (el concepto de cuchara) caracteriza una forma que posee
dos partes inseparables, — el mango y el receptáculo cóncavo— en tanto que una
cuchara implica un diseño específico hecho en plata o madera, grande o pequeña,
profunda o no.
La Forma es el "qué". El Diseño es el
"cómo". La Forma es impersonal, el Diseño pertenece al diseñador. Diseñar es un acto
circunstancial, depende del dinero de que se disponga, del sitio, del cliente,
de la capacitación. La Forma nada tiene que ver con las condiciones
circunstanciales. En arquitectura, caracteriza una armonía de espacios adecuada
para cierta actividad del hombre.
Reflexione
entonces sobre lo que caracteriza en abstracto los conceptos "casa",
"una casa", o "el hogar". "Casa" es el concepto
abstracto de espacios convenientes para vivir en ellos. "Casa"' es
por lo tanto una forma mental, sin configuración ni dimensión. "Una
casa", en cambio, es una interpretación condicionada de esos espacios.
Esto último es diseño. En mi opinión, el valor de un arquitecto depende más de
su capacidad para aprehender la idea de "casa", que de su habilidad
para diseñar "una casa", que es un acto determinado por las
circunstancias. "El hogar" es la casa y los ocupantes. "El
hogar" varía de acuerdo con el ocupante.
El cliente
para el que se diseña una casa señala al arquitecto las superficies que
necesita. El arquitecto crea espacios a partir de estos requerimientos. Una
casa creada de esta manera para una familia determinada debe poseer la cualidad
de servir también para otra familia. De esta manera el diseño refleja su fidelidad a la Forma.
Concibo a la
escuela como un medio ambiente constituido por espacios en los cuales se puede
estudiar satisfactoriamente. Las escuelas comenzaron con un hombre, que no
sabía que era un maestro, discutiendo bajo un árbol sus experiencias con unos
pocos que ignoraban, a su vez, que eran estudiantes. Estos últimos,
reflexionando sobre lo que se había discurrido y sobre lo útil que les había
resultado la presencia de este hombre, aspiraron entonces a que sus hijos
también escucharan a un hombre semejante. Pronto se erigieron los espacios
necesarios y aparecieron las primeras escuelas. La aparición de la escuela era
inevitable porque formaba parte de los deseos del hombre.
Es bueno
para la mente volver a los comienzos, porque el comienzo de toda actividad
estable del hombre es su momento más maravilloso. En él se encuentra todo su
espíritu y toda su riqueza, y es en él donde debemos buscar constantemente
inspiración para resolver nuestras necesidades actuales. Podemos contribuir al
engrandecimiento de nuestras instituciones brindándoles nuestro modo de sentir
esa inspiración a través de la arquitectura que le ofrecemos.
Reflexione
entonces sobre el significado de escuela, en contraste con el de una escuela o
institución. La institución es la autoridad que nos expone las necesidades a
las que debemos responder. Una escuela, un diseño específico, es lo que la
institución espera de nosotros. Pero Escuela —el espíritu Escuela, la esencia
de la voluntad de ser— es lo que el arquitecto debe expresar por medio de su
diseño.
Esto es lo
que distingue al arquitecto del mero diseñador.
En la
escuela como reino de los espacios aptos para el estudio, el hall de entrada
—que para la institución es sólo un área de equis metros cuadrados por alumno—
se convertiría en un generoso espacio tipo Panteón que invitaría a los alumnos
a entrar. Los corredores, de dimensiones más amplias, abiertos hacia los
jardines, quedarían transformados en verdaderas aulas, propiedad de los
estudiantes. En estos lugares los muchachos se reunirían con las chicas y
podrían discutir las clases de los profesores. Si estos espacios fueran también
utilizados en horas de clase, y no solamente en los intervalos entre ellas, se
convertirían en lugares de reunión, ofreciendo así la oportunidad de
intercambio y de estudio. En este sentido vendrían a ser aulas de propiedad de
los alumnos. Las aulas propiamente dichas deberían reflejar su uso
Través de la
variedad espacial y no mantener una semejanza de dimensiones de tipo familiar,
porque una de las más grandes cualidades del maestro que enseñaba bajo el árbol
era la de reconocer la individualidad de cada hombre. Un maestro o un alumno
que se encuentra en una habitación frente a una chimenea, rodeado de poca
gente, no es el mismo cuando se halla en una gran habitación junto con muchas
personas. ¿Puede estar el comedor en un sótano, aunque el tiempo que allí se
pase sea escaso? El momento de descanso de la comida, ¿no es también parte de
la enseñanza?
La
comprensión de lo que caracteriza a los espacios ideales para una escuela, por
parte del instituto de enseñanza que la requiere, obliga al arquitecto a
enterarse de lo que la Escuela quiere ser, es decir, a
tomar conciencia de la forma Escuela.
Ajustarse
a lo circunstancial es justamente el papel que compete al diseño.
Quiero decir
algo más acerca de la diferencia que existe entre forma y diseño, acerca de la concepción, acerca de los aspectos
mensurables y no mensurables de nuestro trabajo y de sus limitaciones. Giotto
fue un gran pintor. Porque fue un gran artista, pintó cielos diurnos de color
negro, pájaros que no podían volar, perros que no podían correr y hombres más
altos que las puertas. Un pintor tiene estas prerrogativas. No tiene por qué
responder a los problemas de la gravedad, ni considerar las imágenes tales como
las conocemos en la vida real. Como pintor, expresa una reacción frente a la
naturaleza, y, a través de sus ojos y sus reacciones, nos ilustra acerca de la
naturaleza del hombre. El escultor modifica el espacio con objetos que son
también expresión de sus reacciones frente a la naturaleza. No crea espacios,
los modifica. El arquitecto crea espacios.
Para el
compositor, la hoja de música es un registro visible de lo que oye. El proyecto
de un edificio debe —del mismo modo— poder leerse como una armonía de espacios
iluminados. Cada espacio debe ser definido por su estructura y por el carácter
de su iluminación natural. Aun un espacio concebido para permanecer a oscuras
debe tener la luz suficiente —proveniente de alguna misteriosa abertura— que
nos muestre cuan oscuro es en realidad. Por supuesto, no hablo de las pequeñas
superficies que sirven a los espacios mayores.
Un espacio
arquitectónico debe revelar la evidencia de su formación por el espacio en sí.
No será en espacio cuando se lo modele dentro de una estructura más grande
concebida para un espacio mayor, porque la elección dé la estructura es
sinónimo de la elección de la luz que da forma a ese espacio. La luz artificial
es sólo un breve momento estático de la luz; es la luz de la noche y nunca
puede igualar a los matices creados por las horas del día y la maravilla de las
estaciones.
Un gran
edificio debe comenzar con lo inconmensurable; luego someterse a medios
mensurables, cuando se halla en la etapa de diseño, y al final debe ser
nuevamente inconmensurable. El diseño
—hacer cosas— constituye un acto mensurable. En ese momento es como
si el diseñador fuera la naturaleza física misma, ya que en la naturaleza
física todo es medible, aun lo que todavía no se ha medido, como sucede con la
distancia a las estrellas más lejanas, que algún día, según suponemos, también
podremos medir.
Lo
que es inconmensurable es el espíritu psíquico. La psique se expresa
a través del sentimiento y del pensamiento, y yo creo que siempre permanecerá
inconmensurable. Intuyo que la Voluntad del Ser psíquica
invoca a la naturaleza para realizarse en lo que quiere ser. Yo pienso que una
rosa quiere ser una rosa. La Voluntad de Ser hombre se concreta en la
existencia a través de las leyes de la naturaleza y de la evolución. El
resultado es siempre inferior al espíritu de ser.
El Diseño
debe seguir estrechamente esa Voluntad. Por lo tanto un caballo
pintado a rayas no es una cebra.
Del mismo
modo, un edificio ha de comenzar en un aura inconmensurable y concretarse a
través de lo mensurable. Es la única manera en que podemos construir; la única
manera de llegar a ser se concreta a través de lo mensurable. Es necesario respetar
las leyes, hasta que al final, cuando el edificio pasa a ser algo vivo, evoca
cualidades que son, nuevamente, inconmensurables. El diseño, en cuanto implica
cantidades de ladrillos, métodos de construcción y de cálculo, ha finalizado;
el espíritu de ser del edificio ocupa entonces su lugar.
Anexo 3 – Campo Baeza
Extracto del
texto PENSAR O NO PENSAR, ESTA ES LA CUESTION (Campo Baeza)
PENSAR
Pensar y
Construir
Pensar el
QUE. Y COMO construirlo.
Pensar sin
saber COMO = pensamientos en vano.
Construir
sin saber QUE = formas vacías.
La IDEA es
el QUE se quiere hacer. Dando respuesta a las cuestiones del contexto, de la
Historia, de la función. Con el hombre como centro.
La
CONSTRUCCION es el COMO materializar aquellas ideas.
Geométricamente
con la Composición, con los espacios proporcionados con la escala. Físicamente
con la Construcción, con los materiales acordados con las estructuras.
PENSAR =
idear construcciones.
CONSTRUIR =
levantar ideas.
La
ARQUITECTURA es siempre IDEA CONSTRUIDA.
Extracto de
IDEA, LUZ y GRAVEDAD, BIEN TEMPERADOS (Campo Baeza)
IDEA
La idea es
la síntesis de todos los elementos que componen la Arquitectura (Contexto, Función,
Construcción, Composición). Como si de una operación de alquimia se tratara, en
una destilación de múltiples elementos para conseguir un resultado único y
unitario: una IDEA, capaz de ser construida, de materializarse.